El estudio hace una radiografía mundial de las preferencias de empresas relacionadas con el sector y los consumidores
Según un estudio publicado en enero del presente año por McKinsey & Company, titulado Automotive revolution – perspective towards 2030,existen ocho claves que pueden dar luces de los tipos de cambios que se producirán en el mercado y cómo estos afectarán a los productores, grandes marcas, potenciales competidores, regulaciones, consumidores y mercados nacionales.
Uno de estos puntos es el cambio en las conductas de movilidad. De acuerdo con la publicación, las tecnologías emergentes tendrán el potencial de modificar la relación entre el consumidor y los automóviles, es por eso que uno de cada diez autos vendidos en el 2030 será compartido.
En la actualidad, ya se puede observar el aumento de esta tendencia y la disminución de la importancia de poseer un auto propio. En los Estados Unidos y Alemania, por ejemplo, el número de vehículos compartidos ha crecido anualmente más de un 30% en los últimos cinco años.
A la par de esto, será necesario segmentar los mercados por tipos de ciudad según la densidad de la población, desarrollo económico y crecimiento. En megaciudades como Londres o Shanghái, se generan cambios de hábitos, de tal forma que, teniendo adecuados servicios de transporte público, como metro, metro-tren o buses, las personas durante la semana prefieren estas formas de movilización para utilizar el vehículo durante los fines de semana o actividades después de las horas laborales.
Otro de los puntos que destaca el estudio es el interés que están generando las tecnologías autónomas y los sistemas de propulsión eléctricos. Según su perspectiva, es poco probable que los vehículos completamente autónomos estén disponibles comercialmente antes del 2020; mientras que los sistemas de asistencia al conductor se irán incorporando paulatinamente.
En un posible escenario se prevé que el 50% de los vehículos de pasajeros vendidos en el 2030 sean mayormente autónomos y 15% completamente autónomos.
En el caso de los vehículos eléctricos, las estrictas normas de emisión, los bajos costos de las baterías, la disponibilidad de estaciones de carga y el aumento de la preferencia de los consumidores por este tipo de automóviles, crearán un nuevo momento para la irrupción de estos vehículos en los próximos años a partir de su masificación primero en los principales mercados del mundo, con el objeto de que se reduzcan los costos que trae el uso de estas tecnologías.
Es por ello que se prevé que para el 2030, entre el 10% y 50% de los vehículos nuevos cuenten con esta tecnología, cifras que comprenderán también los vehículos híbridos. De todas maneras, los vehículos de combustión interna todavía seguirán siendo importante después del 2030.